Galerías Subterráneas

Según notas históricas de D. Antonio Nieto Vega, corría en Arahal el año 1974, se procedía al nuevo alcantarillado y pavimentación de las calles Perpetuo Socorro, La Mina, Trasmina y primera fase de El Faro, cuando recibe el aviso de D. Manuel Cortés Cordón, Maestro de Obras del Ayuntamiento por aquella época, tuvo la gentileza de comunicarle rápidamente que al realizar la excavación se había descubierto la bóveda de la galería, la que ya anteriormente se había inspeccionado. Aquel mismo día por la tarde, según nos cuenta D. Antonio Nieto Vega fue acompañado por el Señor Cortés Cordón y el fotógrafo D. Manuel González Romero, donde descendieron a la galería, valiéndose de una escalera de madera que colocaron al efecto en el hueco del registro existente en una de las casas de la calle Trasmina, hoy prolongación de la calle Perpetuo Socorro, el que comunicaba directamente con la misma y por donde en ocasiones sus habitantes se valían para abastecerse del agua para la limpieza.

Accedieron a la galería excavada por la mano del hombre sin lugar a duda alguna. Los pies de la escalera casi tocaban la otra pared de enfrente. Una vez en el suelo, giraron media vuelta hacia la izquierda y comenzaron a explorar la galería que se abría ante ellos, rompiendo la oscuridad con las linternas. A sus espaldas, continuaba el subterráneo. El nivel del agua les llegaban casi a la mitad de las piernas. El suelo, para encauzar mejor, estaba revestido con tejas puestas con el hueco hacia arriba, donde en la galería se podía andar perfectamente. La altura aproximada era de dos metros y su anchura superior a la de cualquier persona, pero sin espacio suficiente para que cupieran dos personas. Procedieron a caminar varios metros, donde la galería fue a desembocar a una nueva, cuya pared frontal impedía seguir adelante, abriéndose la misma a derecha e izquierda. La trayectoria era la de la calle Mina. A la derecha, a medio metro de profundidad, en relación con la pared del pasadizo que se había explorado, se abría una nueva galería, la que en la actualidad se encuentra tapiada con fábrica de ladrillo, los que con sólo verlos nos hablan de su antigüedad. A la izquierda, tras breve recorrido, se encontraron igualmente cerrado el paso, esta vez por escombros y materiales de construcción de desecho que habían arrojado por la boca de un registro idéntico al que ellos accedieron a los subterráneos, la obstrucción era completa, sin duda por obras que realizaron en la vivienda de la que se procedían los cascotes y materiales antes indicados.

Posteriormente decidieron volver atrás donde pasaron de largo por la escalera que habían descendido, avanzando donde se percataron de que la galería se estrechaba y su altura disminuía debido a la cota de nivel, hasta tal punto de que anduvieron un largo trecho casi arrastrándose por ella. Teniendo en cuenta su angostura y de que el regreso tendría que realizarlo de igual manera, pero hacia atrás y de espalda, porque era imposible dar la vuelta en su interior, por todo ello, ante las mayores dificultades que se acumularon y la falta de medios que disponían para avanzar, decidieron dar por termina la exploración en este punto. La dirección que seguía era la de El Faro y el agua no alcanzaba más de dos o tres dedos de altura. Todo el nuevo trayecto rezumaba una intensa humedad.

Andando en el tiempo atrás, nos cuenta D. Antonio Nieto que en diversas charlas sobre el tema, le habían indicado que en otras ocasiones se había dado con otras galerías de parecidas formas, concretamente cuando se realizaron obras de consolidación en la plaza de abastos, ubicada en el mismo casco antiguo de la ciudad, concretamente en la Plaza Vieja, e incluso que se habían descubierto ramales que llegaban hasta la Plaza de la Corredera. Igualmente, las que le comentaron, también se referían a parte del alcantarillado y al agua que corría por ellas que eran residuales.

Ante estas aseveraciones podría pensarse que cuando se procedió al alcantarillado de la población fueran aprovechadas estas antiguas galerías para esa finalidad, ello podría ser una posible explicación del interior de los subterráneos, en los que el grupo permaneció por espacio de más de una hora, ni el agua que discurría por los mismos despedían el más mínimo mal olor, ni llegando ver rata alguna, como suelen suceder en los alcantarillados.

En conclusión se puede suponer que fue una obra de envergadura en cuanto trabajo y dinero, ya que han sido excavados por la mano del hombre, sea cual fuere la época en que se realizaran, lo que podría darnos una idea de la importancia de la población en aquel entonces. Las galerías cierran los techos con una bóveda de cañón y cuando, en su día, se llevaron a cabo sus obras, para sacar la tierra sobrante del interior se realizaron aperturas por donde fuera posible extraerla, gracias a ellas se pudieron ver los actuales registros, que aún perduraban, y por donde a través de uno de ellos pudieron acceder a los subterráneos estos grandes valientes que no dudaron en ningún momento en jugarse la vida para descubrir un capítulo de nuestra historia.

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