Revueltas de 1857

Con el comienzo del siglo XIX se inicia en nuestra localidad un trágico período en la vida local que sólo se puede estudiar desde la imparcialidad. No es un secreto la situación social que se vivía por esa época en España con revueltas y motines populares, siguiendo orientaciones político-sociales de los demás pueblos del Reino contagiándose del morbo anárquico del siglo, cambiando su habitual faz de quietud y orden, por otra de vanas quimeras que le hacen concebir utópicas esperanzas nacidas de absurdas e inaceptables teorías.

Arahal comienza a respirar violencia, desorden y desconfianza donde los propios grupos partidistas se encuentran mutuamente divididos surgiendo discordias entre los vecinos tras la situación ruinosa que bochornosamente estaba sufriendo la población. Sobre el acontecimiento de la insurrección en el Archivo Municipal de Arahal en 1857, tenemos una variada bibliografía que, en resumidas cuentas, en la obra 'Arahal, siglo XIX. La Razón de la Sinrazón' publicada en 2019, recoge los acontecimientos de la noche del 29 de junio, donde un grupo de personas (120 personas aproximadamente) salieron desde Sevilla, en dirección a Utrera donde tomaron el cuartel de la Guardia Civil.

Gran parte de estas personas eran artesanos y estudiantes, como así acreditan los archivos conservados en la Casa de Osuna o en el Archivo Histórico Nacional. De Utrera pasaron a El Arahal, cuyos graves sucesos ocurridos el 30 de junio de 1857, se recoge en el primer documento de nuestro Archivo de Cabildo, día 4 de julio de 1857, después del incendio y saqueo de que fuera objeto aquella misma tarde. En ella se recoge cuidadosamente las seis hogueras con abundantes datos y el desarrollo de aquellos tristes sucesos de tan funesta memoria, "...entre vivas a la República y mueras a la Reina, gente del pueblo de uno y otro sexo se unían a ellos secundando los mismos vivas y mueras...", siendo jefe de la facción don Manuel María Caro.

Tales atrocidades son las cometidas durante el tiempo que la facción ocupó el pueblo, sin poder numerar los varios robos aislados, sacaron un motín de 2.584 duros en las cinco horas que estuvieron. Estos hechos llevó a un viejo político de la España isabelina a pedir al Gobierno de aquel entonces, el arrasamiento de Arahal con camisas embreadas (especie de cohetes embreados para producir incendios a distancia).

El mismo carácter de conspiración política se desprende del amplio trabajo realizado por el investigador ÁVILA BERGAS, que consultó la hemeroteca sevillana y encontró que el plan de los insurgentes pretendía aislar Andalucía para levantar las ciudades de Sevilla y Málaga, de tal manera que la patrulla rebelde que recorrió varios pueblos serviría de señuelo para atraer la atención de las tropas que abandonaron estas dos ciudades. Este estudioso de Arahal también consultó el Archivo Municipal recopilando los datos de los 17 fusilados en nuestra localidad, consecuencia de la durísima represión que castigó a los amotinados.

Por último, destacar que estos acontecimientos han marcado un antes y un después en la historia de Arahal, ya que han borrado de manera fulminante, siglos y siglos de historia de nuestra localidad, provocando un déficit en el conocimiento de su pasado y un contexto desalentador para los muchos historiadores que han querido indagar y navegar en su pasado, encontrando un vacío. Por ello considero los graves sucesos de El Arahal, ocurridos el 30 de junio de 1857, como uno de los acontecimientos que conforman la leyenda negra de nuestro pueblo en los siglos XIX y XX y que, como capítulo de esta obra, han hecho de Arahal un pueblo sin una parte de su Historia. Como dijo Paul Preston 'quién no conoce su historia, está condenado a repetirla'.

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